Por qué la violencia es un problema de salud pública
Uso de la salud pública para prevenir la violencia
Sufrir violencia afecta a las personas de muchas maneras. No solo provoca lesiones físicas o la muerte, sino que también puede causar traumas emocionales y psicológicos. La violencia no solo afectar a la víctima inmediata; también afecta a la comunidad que la rodea.
La violencia puede afectar a las personas durante toda la vida: está relacionada con peores nacimientos, retrasos en el desarrollo infantil, enfermedades físicas y emocionales, y muertes prematuras.
La violencia es una epidemia, y al igual que con cualquiera de ellas, la prevención es clave. Así como cualquier problema de salud causa una discapacidad, una enfermedad y la muerte, la salud pública y la atención médica tienen un rol que desempeñar para prevenirla.
Un entendimiento común de la violencia puede ayudar a promover enfoques de salud pública para prevenirla, y cambiar el enfoque de la violencia como un comportamiento delictivo para pasar a considerarla un problema de salud pública. Sí, la violencia es un comportamiento que ejercen algunas personas, pero estamos enfocados en cómo experimentan la violencia: los contextos sociales y ambientales que predicen qué hacen, qué pasa en consecuencia y cómo podemos protegerlas.
Podemos usar datos e investigaciones para comprender qué conduce a la violencia, defender a las víctimas y ayudar a implementar estrategias para recudir la exposición de las personas a la violencia, y así mantenerlas a salvo y evitar daños de por vida para su salud.
¿Usted o alguien que conoce sufre de violencia? Hay ayuda disponible y no es necesario pasar por esto solo. Llame al 1-888-NYC-WELL (1-888-692-9355) para comunicarse con una línea de ayuda gratuita y confidencial para los residentes de Nueva York.
Antecedentes de violencia en la ciudad de Nueva York
El índice de homicidios en la ciudad de Nueva York se redujo…
Hay mucha menos violencia que la que solía haber en la ciudad de Nueva York. Nota sobre la pandemia de la COVID-19
No se incluyen aquí datos de 2020, pero desde el comienzo de la pandemia de la COVID-19, en la ciudad de Nueva York se ha observado un aumento en las agresiones, los tiroteos, y las visitas a la sala de emergencias y hospitalizaciones por agresiones no mortales.
A nivel nacional, también se han observado patrones similares, ya que el país experimenta índices de desempleo sin precedentes, inseguridad edilicia y alimentaria, inestabilidad política e incertidumbre sobre el futuro. Los factores sociales, económicos y ambientales que pueden influir en los índices de violencia han aumentado durante esta crisis histórica.
Para analizar la violencia, las personas por lo general observan los índices de homicidio. En los últimos años, el índice de homicidios de la ciudad de Nueva York (los episodios de violencia más extremos) ha estado por debajo de 5 por cada 100,000 personas, de un máximo de más de 25 por cada 100,000 personas desde 1986 hasta 1990.
…pero la reducción en el índice de homicidios no cuenta toda la historia.
En esta tabla, observamos tres tipos de consecuencias violentas y cómo los niveles de violencia varían en la ciudad: visitas a la sala de emergencias por agresiones no mortales, hospitalizaciones por agresiones no mortales y homicidios. Estos datos muestran una mayor carga de violencia.
Cuando se desglosan según la geografía, los datos muestran que algunos vecindarios tienen índices de violencia mucho más altos que otros. Los vecindarios con mayor violencia tienen índices de hospitalización por agresiones no mortales que son 10 veces más altos que los vecindarios con los índices más bajos, y 4 veces más altos que el índice de toda la ciudad.
Este patrón se mantiene en los tres indicadores. Además, los vecindarios con índices más altos de violencia tienen poblaciones más grandes de personas negras, lo que muestra que estas poblaciones asumen una carga desproporcionada de violencia.
Un enfoque de salud pública para abordar la violencia
Los residentes de algunos vecindarios corren un riesgo mucho mayor de sufrir violencia y sus muchos efectos en la salud.
Para prevenir la violencia entre las personas más afectadas, debemos analizar los factores que conducen a ella.
La violencia está arraigada en la falta de inversión y el racismo históricos.
La evidencia muestra que la violencia es el resultado de estructuras sociales que limitan el acceso a las necesidades básicas; son estructuras impulsadas por el racismo, la segregación residencial y la falta de inversión en los vecindarios. En los lugares en los que persisten estas estructuras, las personas están expuestas a la violencia. Por ejemplo, se conoce que los vecindarios negros de bajos ingresos son los más afectados.
Este mapa muestra las áreas de la ciudad de Nueva York que fueron discriminadas por el redlining hace 90 años como parte de una política edilicia racista que ocasionó décadas de falta de inversión y pobreza intergeneracional.
El redlining fue una política federal que comenzó en la década de 1930. Una agencia gubernamental diagramó mapas de cientos de ciudades de todos los EE. UU., y clasificó a los vecindarios de “mejores” a “peligrosos”. Sus criterios incluían la raza de las personas que vivían en estos vecindarios.
Tanto el gobierno federal como los bancos privados usaban estos mapas para determinar si podían o no emitir préstamos para que las personas compraran viviendas. A través de este sistema, a las personas negras se les negaba la oportunidad de comprar viviendas, y las personas blancas compraban sus viviendas con subsidios federales.
El redlining impulsó la segregación y la desigualdad económica, en líneas raciales. Sus efectos persisten en la actualidad. Según la Coalición Nacional de Reinversión Comunitaria (National Community Reinvestment Coalition), 3 de cada 4 vecindarios en los EE. UU. que fueron discriminados en la década de 1930 aún son de ingresos bajos a moderados en la actualidad, y 2 de cada 3 poseen una población mayoritariamente negra.
Un mapa de los tiroteos recientes se alinea con las áreas considerablemente discriminadas por el redlining del Bronx, Harlem, y el norte y el este de Brooklyn, lo que muestra con claridad cómo la violencia actual está estrechamente relacionada con las formas en que las políticas racistas están integradas en nuestra sociedad.
Las décadas de falta de inversión del gobierno y la sociedad que surgen de prácticas como el redlining hacen referencia a oportunidades y recursos limitados, y resultan en mayores índices de pobreza en algunos vecindarios.
La falta de inversión se da cuando las agencias gubernamentales o las empresas privadas niegan o retiran recursos y oportunidades de forma deliberada a un vecindario o una comunidad.
La historia de la falta de inversión está vinculada con prácticas y políticas racistas, como negarles préstamos a las personas negras para comprar viviendas. La falta de inversión también es una disminución planificada: un descenso estable de los fondos públicos para viviendas, servicios y educación de carácter público, en especial en ciudades y en vecindarios con una población mayormente negra.
Como resultado de esta falta de inversión, vemos una clara relación entre la pobreza y la violencia. Cuando el nivel de pobreza de un vecindario aumenta, las agresiones también lo hacen.
La falta de inversión crea entornos que atentan contra la salud.
La falta de inversión adopta muchas formas. Promueve la segregación, limita el acceso de las personas a recursos básicos y crea entornos que atentan contra la salud.
La falta de inversión puede darse mediante lo siguiente:
- Negarles a las personas el acceso a préstamos para comprar viviendas, como el redlining y otras prácticas inmobiliarias racistas bien documentadas.
- Negligencia edilicia por parte de los arrendadores, lo que hace que las viviendas sean insalubres.
- Escuelas con fondos insuficientes.
- Menos oportunidades laborales y empleos con menor remuneración.
- Énfasis en las políticas por sobre los recursos prosociales.
En términos de salud pública, decimos que la falta de inversión genera factores ambientales que hacen que sean más probables determinadas consecuencias en la salud.
Debido a una historia de falta de inversión, los vecindarios de la ciudad de Nueva York experimentan factores ambientales muy diferentes que predicen violencia y otras consecuencias en la salud.
Al decir “ambiental”, nos referimos a todo el contexto físico, social y económico que nos rodea: el entorno construido, como las viviendas y los parques, y el acceso a escuelas, empleos, oportunidades, atención médica y más.
El hecho de que un vecindario experimente o no más violencia se puede explicar observando si su entorno tiene factores de protección, que ayudan a prevenir la violencia antes de que comience, o factores de riesgo, que hacen que la violencia sea una consecuencia más probable.
Los factores de protección incluyen los siguientes:
Salud infantil
Estabilidad económica
Educación de buena calidad
Estabilidad edilicia
Los factores de riesgo incluyen los siguientes:
Pobreza y pobreza infantil
Inestabilidad económica
Inestabilidad edilicia
Sufrir traumas o violencia
¿Qué significa esto para los vecindarios de la ciudad de Nueva York?
Los vecindarios de la ciudad de Nueva York experimentan estos factores de protección y de riesgo de forma muy diferentes. Algunos vecindarios carecen de muchos factores de protección, y en su lugar tienen muchos más factores de riesgo.
Analicemos cómo se da esto comparando dos vecindarios: Belmont/East Tremont, en el Bronx, y Tottenville/Great Kills, en Staten Island.
La pobreza varía entre el 6,2% y el 41,5% en los vecindarios de la ciudad de Nueva York. Belmont/East Tremont tiene uno de los índices de pobreza más altos de la ciudad, mientras que Tottenville/Great Kills tiene uno de los más bajos.
La pobreza en los vecindarios es uno de los factores ambientales que pueden predecir la violencia, ya que en los vecindarios con índices de pobreza más altos también es más probable que haya índices altos de hospitalizaciones por agresiones no mortales.
Belmont/East Tremont también tiene un índice alto de hospitalizaciones por agresiones no mortales, uno de los más altos de la ciudad (107 por cada 100,000 personas).
Tottenville/Great Kills sigue el mismo patrón, con uno de los índices más bajos de hospitalizaciones por agresiones no mortales (solo 15 por cada 100,000 personas).
Otra forma de comparar los índices de pobreza y violencia es clasificar a los vecindarios del más alto al más bajo y comparar sus posiciones.
A continuación, podemos ver que Belmont/East Tremont está en el rango alto de pobreza y agresiones, mientras que Tottenville/Great Kills está en el rango bajo para ambos.
Cuando agregamos otros factores de riesgo, emerge un patrón más significativo.
A continuación, cada línea vertical representa los rangos de los vecindarios para los factores de riesgo de pobreza total, pobreza infantil, desamparo infantil, educación secundaria incompleta, juventud desconectada, desempleo, desalojos y ejecuciones hipotecarias, y las consecuencias violentas de hospitalizaciones por agresiones, tiroteos y homicidios. Cada línea conecta a un vecindario a través de sus rangos; mientras más plana sea la línea, más consistentes serán los rangos.
Estos factores de riesgo describen una red de factores ambientales amenazantes en comunidades que sufren falta de inversión, llevan a los residentes a la pobreza y los exponen a riesgos durante todas sus vidas, lo que culmina en índices más altos de violencia.
- Bienestar infantil: pobreza, pobreza infantil y desamparo infantil
- Educación y empleo:: educación secundaria incompleta, juventud desconectada y desempleo
- Estabilidad edilicia:: desalojos, ejecuciones hipotecarias
- Hospitalizaciones por agresiones no mortales
- Tiroteos
- Homicidios
Belmont/East Tremont tiene un rango alto en estos factores de riesgo que hacen que la violencia sea más probable. En comparación, Tottenville/Great Kills tiene un rango bajo en estos factores.
Emerge un patrón: los vecindarios con los índices de pobreza más altos que tienen un rango sistemático alto en los factores de riesgo, experimentan más violencia. Los vecindarios con los índices de pobreza más bajos, que tienen un rango sistemático bajo en los factores de riesgo, experimentan menos violencia.
¿Por qué ocurre esto?
Estos factores de riesgo conforman una red de amenazas ambientales en comunidades que han sufrido falta de inversión. Debido a la distribución desigual de recursos y oportunidades, algunos vecindarios enfrentan una cantidad desproporcionada de riesgos. Estas amenazas llevan a los residentes a la pobreza y los exponen a riesgos durante todas sus vidas, lo que culmina en índices más altos de violencia.
En los entornos donde los factores de riesgo superan ampliamente los factores de protección, emergen índices más altos de violencia en los vecindarios, que amenazan la salud de sus residentes.
Romper el círculo de violencia
Abordar los factores que conducen a la violencia…
El Departamento de Salud (Health Department) adopta un enfoque de salud pública con respecto a la violencia. Esto significa fomentar condiciones que previenen la violencia y abordar las consecuencias generadas por la violencia. Significa trabajar en todos los sistemas y las comunidades para volver a invertir en los vecindarios más afectados por la violencia. Este trabajo incluye lo siguiente:
- Investigar sobre las políticas más eficaces para reducir la violencia, mediante la recolección y el análisis de datos que se pueden usar para desarrollar nuevas intervenciones.
- A través del Sistema de Gestión de Crisis,trabajando con otras organizaciones de la ciudad para apoyar los esfuerzos comunitarios para reducir la violencia, y ofreciendo apoyo a jóvenes en riesgo mediante oportunidades laborales, legales, terapéuticas y educativas.
- Fortalecer los Centros de Acción Sanitaria de los Vecindarios en South Bronx, Harlem y Central Brooklyn, que experimentan niveles más altos de violencia. Los Centros de Acción funcionan como unidades comunitarias para programas y recursos que pueden reducir los riesgos y aumentar los factores de protección.
- Trabajar con hospitales para ayudarlos a responder a las numerosas necesidades físicas, sociales y emocionales de las personas lesionadas por la violencia.
- Nos estamos asociando con las comunidades para responder a las crisis de salud mental y los eventos traumáticos en los vecindarios a través de evaluación y respuesta rápidas.
Con este trabajo, el Departamento de Salud está reinvirtiendo en las comunidades que han sufrido falta de inversión para que podamos crear entornos donde los factores de protección superen a los factores de riesgo.
…para reducir los índices de violencia.
La salud pública consiste en garantizar condiciones en las que las personas puedan estar saludables.
Un enfoque de salud pública con respecto a la violencia depende de una respuesta de todos los sectores de la sociedad para abordar las desigualdades que conducen a la violencia. Depende de la creación y el apoyo de sistemas para que las instituciones y los vecindarios respalden la salud de sus residentes.
Un enfoque de salud pública con respecto a la violencia presenta la oportunidad de encontrar soluciones sostenibles para crear espacios saludables donde los neoyorquinos vivan y progresen.
Significa que podemos prevenir la violencia eliminando la pobreza; ofreciendo empleos, viviendas saludables y educación; y creando una sociedad basada en la justicia y la equidad, que les ofrezca oportunidades a todos.
¿Usted o alguien que conoce sufre de violencia? Hay ayuda disponible y no es necesario pasar por esto solo. Llame al 1-888-NYC-WELL (1-888-692-9355) para comunicarse con una línea de ayuda gratuita y confidencial para los residentes de Nueva York.
Benjamin Kanter/Mayoral Photography Office, City of New York
Published on:
February 8, 2021