Una breve historia del redlining

La política financiera de 90 años que daña nuestra salud.

En la salud pública, solemos citar el racismo estructural para ayudar a explicar los patrones sanitarios en nuestra sociedad. Pero, ¿qué significa esto específicamente? Una mirada más profunda a la historia del redlining muestra esta conexión.

Cuando analizamos datos sobre la salud de los neoyorquinos, solemos encontrar los mismos patrones geográficos, con índices más altos de afecciones médicas evitables en vecindarios con más pobreza. Por ejemplo, escribimos sobre cómo el asma y la pobreza están estrechamente relacionadas.

Estos vecindarios con altos índices de pobreza también albergan una mayor cantidad de personas negras que otras comunidades.

La siguiente tabla muestra la relación entre el índice de pobreza de cada vecindario y el porcentaje de la población negra, con el índice de visitas infantiles por asma a la sala de emergencias representado por el tamaño de cada burbuja.

Esta dinámica de extiende más allá del asma. Para entender por qué la pobreza, la raza y la salud están relacionadas en la ciudad de Nueva York, es necesario revisar el redlining. Esta política del gobierno de la década de 1930 ilustra la naturaleza de la pobreza y el racismo en nuestra sociedad, y muestra cómo el racismo afecta la salud.

Una breve historia del redlining

En la década de 1930, durante la Gran Depresión, las tasas de desempleo eran altas y muchas personas no podían pagar su hipoteca. Una ola de ejecuciones hipotecarias se extendió en el país. Para ayudar a que las personas conservaran sus viviendas, el gobierno federal estableció la Corporación de Préstamos para Propietarios de Viviendas (Home Owners Loan Corporation, HOLC). Su objetivo era refinanciar las hipotecas con mejores términos, como tasas de interés más bajas y períodos de compensación más prolongados, para ayudar a las personas a efectuar los pagos y evitar las ejecuciones hipotecarias.

Para determinar qué préstamos podía garantizar, la HOLC envió personas a tasar vecindarios en las ciudades de los EE. UU. Determinaron los tipos de viviendas en los vecindarios, junto con información sobre las personas que vivían allí. También catalogaron las “influencias perjudiciales” con descripciones racistas como “infiltración de negros” y “razas mixtas” como características que reducían el valor de un vecindario.

A redlining document that details housing, construction type, average age, repair condition, occupancy, price range, and other information
*Documento de redlining que detalla las viviendas, el tipo de construcción, la antigüedad promedio, las condiciones de reparación, la ocupación, el rango de precio y otra información. *

A redining document that reads: Detrimental influences: Obsolescence and poor maintenance. Infiltration of Negroes. Elevated structures on Lexington Ave & Fulton & Grand Avenue. Mixed races.
Un documento de redlining que indica lo siguiente: “Influencias perjudiciales: Obsolescencia y mantenimiento deficiente. Infiltración de negros. Estructuras elevadas en Lexington Ave., y Fulton y Grand Avenue. Razas mixtas.”

Con esta información, la HOLC diagramó “mapas de seguridad residencial” para casi 250 ciudades, incluida la ciudad de Nueva York. En estos mapas, la HOLC les dio a los vecindarios una clasificación:

  • Mejores
  • Aún atractivos
  • Definitivamente en declive
  • Peligrosos

El gobierno usaba estas clasificaciones para determinar si otorgaría préstamos. Los bancos las usaban para determinar si las personas eran elegibles para una hipoteca, y no otorgaban préstamos para comprar viviendas en los vecindarios “en declive” o “peligrosos”.

Esto era el redlining: el establecimiento de límites alrededor de los vecindarios según la raza de los residentes y la privación de recursos y oportunidades, lo que efectivamente racializaba la pobreza en las ciudades de todos los EE. UU. Esto es el racismo estructural: donde el racismo se introduce en las normas de la sociedad.

El mapa a continuación muestra el alcance del redlining en la ciudad de Nueva York.

El redlining impulsó la segregación residencial

Como resultado del redlining, a las personas negras se les negaba el acceso a los vecindarios “atractivos” con prácticas inmobiliarias racistas, y se les negaban préstamos para comprar viviendas en vecindarios catalogados como “en declive” o “peligrosos”. Los agentes inmobiliarios también usaban tácticas explotadoras, como el acoso inmobiliario, la venta de contratos , y los convenios racialmente restrictivos, para profundizar y reforzar la segregación en los vecindarios.

El acoso inmobiliario  era una práctica empleada por los agentes inmobiliarios. Como muchas personas blancas consideraban a las personas negras una amenaza social y económica para sus vecindarios, los agentes les decían a los propietarios blancos que había personas negras que estaban por mudarse al vecindario.

Esto convencía a los propietarios de que el valor de sus viviendas descendería, y vendían las propiedades a un precio más bajo. Luego, los agentes inmobiliarios les vendían las propiedades a las personas negras a precios excesivos.

La venta de contratos  era una práctica inmobiliaria engañosa y explotadora que tenía como objetivo a las personas negras con préstamos privados para comprar viviendas. Estos préstamos solían tener tasas de interés altas y términos manipuladores que, en algunos casos, obligaban al comprador a renunciar a la vivienda si dejaba pasar apenas un pago del préstamo.

Por lo general, estos contratos hacían que las personas debieran pagar mucho más dinero que el valor de la vivienda que compraban.

Un convenio racialmente restrictivo   es una cláusula en el título de la propiedad que evita que el propietario les venda la vivienda a personas negras.

Los convenios racialmente restrictivos eran una manera de imponer la segregación residencial, para garantizar que las personas negras permanecieran fuera de los vecindarios blancos.

Ser propietario de una vivienda es una forma poderosa de alcanzar estabilidad financiera. Estas políticas concentraban a las personas negras en vecindarios privados de inversiones y no les permitían acceder a préstamos ni comprar una vivienda, mientras que los residentes blancos recibían más recursos y oportunidades.

Se discriminaron grandes áreas de la ciudad de Nueva York. Explore el alcance del redlining de la HOLC en los cinco distritos de la ciudad de Nueva York:




Se discriminaron grandes zonas de Manhattan. Sin embargo, la reinversión en las últimas décadas ha provocado el aumento de los valores inmobiliarios y el desplazamiento de algunos exresidentes. Los vecindarios que alguna vez fueron discriminados ahora tienen algunos de los valores inmobiliarios más altos de la ciudad.













Los efectos del redlining continúan en la actualidad

En la ciudad de Nueva York, muchos vecindarios que alguna vez fueron prósperos sufrieron una grave falta de inversión como resultado del redlining, lo que provocó desigualdades que continuaron de una generación a otra. Los vecindarios discriminados en la década de 1930 tienen índices de pobreza más altos incluso en la actualidad, casi 90 años después de la creación de los mapas. Según la Coalición Nacional de Reinversión Comunitaria, 3 de cada 4 vecindarios en los EE. UU. que fueron discriminados en la década de 1930 aún son de ingresos bajos a moderados en la actualidad, y 2 de cada 3 poseen una población mayoritariamente negra.

El redlining es el principal ejemplo de la falta de inversión en los vecindarios: : negar o retener fondos públicos y privados, servicios de la ciudad y otros recursos que los vecindarios y sus residentes necesitan para progresar. Cuando se retienen estos recursos, se crean “entornos que enferman [a las personas]”.

La falta de inversión puede darse mediante lo siguiente:

  • Negarles a las personas préstamos para comprar viviendas, como a través del redlining y otras prácticas inmobiliarias racistas bien documentadas.
  • Negligencia edilicia por parte de los arrendadores, lo que hace que las viviendas sean insalubres.
  • Reducción de los fondos públicos para viviendas, escuelas y otros servicios fundamentales.
  • Menos oportunidades laborales y empleos con menor remuneración.
  • Énfasis en las políticas por sobre los recursos prosociales.

Las políticas como el redlining nos demuestran que la pobreza no se trata solo de la mala suerte, la incapacidad para encontrar un buen empleo o el hecho de no trabajar lo suficiente. La pobreza es más profunda y más poderosa: generaciones de carencias y falta de inversión que niegan recursos, oportunidades, riqueza y salud a las personas y los vecindarios, a menudo, impulsados por el racismo.

Si bien el redlining se prohibió en 1968, persisten otras formas de discriminación edilicia. Sin embargo, el redlining fue especial, por el modo en el que empeoró la pobreza y la segregación en las ciudades de todos los EE. UU., dejando un legado de disparidades económicas y raciales en las consecuencias para la salud.

La salud pública implica mucho más que cambiar las conductas de las personas a nivel individual: se trata de construir una sociedad que apoye la salud y el bienestar, y avanzar hacia nuestro futuro confrontando el pasado.

Más recursos sobre el redlining: